

Archicofradía de Jesús Resucitado y Nª Sra. de la Encarnación y Asunción
Procesión del Resucitado. Historia, desfile y referencias bíblicas | |
Grupo: | Procesión de Resucitado. |
Personaje: | Nuestro Señor Jesús Resucitado. |
Objeto: | Esculturas y tronos. |
Imagen: | Cristo Resucitado y Nª Sra. de la Encarnación. |
Autor: | Roque López (1800) y Jerique (1942) |
Primer desfile: | 1801, el palero, y 1942, la Virgen de la Encarnación. |
Ref. bíblica: | Mt 28, 1-7; Mc 16, 1-8; Lc 24, 1-8; Jn 20, 1-10. |
Nombre popular: | “El Palero” |
Introducción histórica
1601. La Archicofradía, como hermandad pasionaria consagrada al culto y proclamación del Misterio de la Resurrección de Nuestro Señor, y a la celebración de la Pascua, “fiesta de las fiestas” se remonta a principios del siglo XVII cuando se crea la Archicofradía de la Resurrección, Encarnación y Asunción en la iglesia de Santa María de Lorca con bula apostólica.
1603. La Cofradía de la Resurrección, Encarnación y Asunción de Lorca se agrega a la Archicofradía de la resurrección de la ciudad de Roma, hermanamiento que todas las cofradías querían conseguir, aunque la mayoría no lo alcanzaba, para poder ostentar el título de Archicofradía y las prerrogativas piadosas. Es la segunda de las cofradías dependientes del clero secular y la única con título de Archicofradía que procesiona en estas fechas por Lorca.
1673. La Archicofradía del Resucitado, Encarnación y Asunción se encuentra oficialmente datada en este año, siendo mayordomo Domingo Soler Castejón.
1688. En este año se le hace una escultura al Resucitado, desconociéndose su autor; se sabe que costó 455 reales de vellón.
1710. Existía la costumbre de la “quema de Judas”, el sábado de Gloria. Al iniciar el toque de campanas, y en diversas calles y plazas de Lorca, se prendía fuego a muñecos forrados de tela, rellenos de papel y cartón, al tiempo que se les lanzaban piedras y disparaban con arcabuces y mosquetes. A esta costumbre se unía también la rotura de cacharros hechos de barro y la tirada de piolas por la chiquillería. Era asimismo, tradicional el uso de la pólvora durante la procesión del Resucitado, lanzando cohetes y disparando armas de fuego, en señal de alegría por la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Tales llegaron a ser los excesos que el artículo 95 de las entonces vigentes ordenanzas Municipales establecía la prohibición de la “abusiva costumbre de disparar armas de fuego, después del toque de diana”. A pesar de tan restrictivo precepto, el 17 de abril de este año, un integrante de una de las comparsas que con griterío y alegría, recorría las calles de la ciudad, mató de un disparo a una anciana que, desde la ventana de su casa en la calle Alta, contemplaba el desfile. Las autoridades civiles y eclesiásticas suprimieron por un tiempo la procesión.
1713. El día 4 de septiembre de este año visita Santa María el doctor don Pedro Nieto, Visitador General del Obispado.
1727. Aparecen inventariadas las imágenes de la Asunción y la Encarnación en los archivos de la Archicofradía desconociéndose su autor.
1731. Se recompone la imagen del “Resucitado viejo” por Juan de Uceta.
1764. Se consiguen, tras los últimos 200 años con algunas decadencias, nuevas constituciones por el Tribunal de Causas Pías.
Se alcanza la cifra de treinta y nueve cofradías en Lorca tras una actividad cofradil en esta ciudad bastante pronunciada en las últimas dos centurias. Sólo ocho tienen establecido en sus estatutos cultos particulares a la Pasión o Muerte de Jesucristo, así como la organización o participación en cortejos de Semana Santa. Queda fuera de esta de esta calificación la Ilustre Archicofradía de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, Asunción y Encarnación de María Nuestra Señora, de la parroquia de Santa María, por estar calificada como “de gloria” y tener a su cargo la procesión del Domingo de Resurrección. De ellas sólo tres tenían la categoría de archicofradía, las primitivas de la Soledad, la del Rosario y la de la Vera Cruz y Sangre de cristo, tres eran privativas, Siervos de María Santísima de las Angustias, Cristo del Socorro y la de María Santísima de los Dolores en el Paso del Prendimiento de Nuestro señor Jesús, y sólo dos eran adyutrices, la titulada de María Santísima del Rosario, conocida como Hermanos del Rosario o Paso de Oficiales (desde 1753), en su capilla privativa de la Archicofradía del Rosario, y la Confraternidad de Esclavos de María Santísima de los Dolores (desde 1712), conocida con el nombre de Hermandad de Labradores, sita en el convento de San Francisco. De los ocho que había en total, cinco pueden considerarse como pasos de nazarenos, independientemente de su fecha de aprobación canónica y de su mayor o menor dependencia de otro ente superior. Todos ellos firmaron escrituras de acuerdo para poder concurrir con su paso a las procesiones de Semana Santa de las primitivas y principales archicofradías de Pasión, en particular a la que se celebraba el Viernes Santo por la tarde, organizada por la Archicofradía de la Soledad.
1789. La Archicofradía recibe por parte del Párroco de Santa María, D. José Fermín Mancebo, un nuevo impulso encaminado “… a tributar a Dios el debido culto, bajo los Misterios en que se hallaba fundado la Archicofradía”.
1798. El escultor murciano Roque López, retoca la cara y las manos de la imagen de la Asunción, haciéndole pies y cuerpo nuevos, al ser de devanaderas y cobrando 2138 reales, retocando, al mismo tiempo, la imagen de la Encarnación.
1800. El día 24 de Junio de este año, un grupo de archicofrades de la Resurrección, en número de 12, de la iglesia de Santa María comisionaron a Pedro Martínez, maestro de alarifes, albañiles, y Pedro Hernández, dependiente de rentas, también archicofrades, para que realizasen gestiones para la construcción y costes de una efigie del Señor de la Resurrección que se ha de colocar en dicha iglesia de Santa María. Acordaron que cada uno pagaría de su sueldo, el primer día de cada mes, comenzando en el de julio, la cantidad de 4 reales de vellón, para sufragar los gastos de la construcción de la imagen. En escritura pública del día 3 de agosto de 1800, se realiza el contrato con Roque López “Maestro de esculturas de Murcia”, en un precio de 2500 reales pagaderos en 3 plazos: 1500 al tiempo de la entrega y los 1000 restantes en dos plazos de iguales de 500, el uno por todo el mes de marzo de 1802 y el otro el mismo día de 1803 con tal que la referida imagen fuese de 7 a 8 pies de altura, con banda estofada y bandera, debiendo merecer su recibo, la aceptación del cura párroco de Santa María, Don Mariano Gil Castroverde.
Los hermanos otorgantes, garantizaban con todos sus bienes del cumplimiento de lo convenido, hipotecando para tal efecto sendas casas de su propiedad, con condición de ni enajenarlas ni permutarlas mientras pendiente estuviese la obligación contraída.
La imagen del Resucitado fue pagada en los plazos convenidos.
1801. Se entrega durante el mes de marzo de este año la Muy Venerada y Milagrosa Imagen de Nuestro Señor Jesús Resucitado y salió en procesión por primera vez durante la Semana Santa de este año.
Día 12 de marzo de 1801. Se hace efectivo el pago del primer recibo a cargo de la Archicofradía del Resucitado a Don Roque López (1747-1811) por el trabajo realizado en la elaboración de la imagen del Resucitado y así consta en el recibo:
Recibo 1º –
“Digo yo Roque López, Profesor de Escultura que e recivido del Sor. Dn. Mariano Gil Castroverde, Cura de la Parroquial de Santa María de la Ciudad de Lorca, y por mano de Dn. Marcos Ramallo vecino de la Ciudad de Murcia; mil y quinientos rs de vn y son a cuenta de un Jesús Resucitado que e construido para la dha Iglesia de Santa María. Y para que conste doy este que firmo en Murcia a doce de Marzo de mil y ochocientos y uno == Roque López == Son 1500 rs von.”
(Cuentas de la Archicofradía, fol. 7.)
Fueron abonados estos 1500 reales, importe del primer plazo, por Pedro Martínez y Pedro Fernández con lo recaudado de limosnas y rifas.
1802. El día 26 de octubre de este año, se hace efectivo el segundo plazo del pago a Roque López por la elaboración de la imagen del Cristo resucitado. Consta en los archivos de la Archicofradía de la siguiente manera:
Recibo 2º –
“Reciví de los señores Pedro Martínez, Maestro de Alarife y Pedro Fernández, dependiente de Rentas, vecinos de la ciudad de Lorca, y por mano del señor don Mariano Gil castroverde Cura de la Parroquial de Santa María de dha. Ciudad, quinientos rrs de vellón por el segundo plazo, que cumplió en marzo, a cuenta del importe del Señor Resucitado, que hize para dicha Iglesia. Y para que conste doy este que firmo en Murcia, en veinte y seis dias del mes de Octubre del año mil y ochocientos y dos. Son 500 rs vellón == Roque López ==”
(Cuentas de la Archicofradía, fol. 11 y 14)
Para satisfacer este segundo plazo se dieron los ochenta reales precio en que Vicente Quiñonero compró la efigie vieja del Señor Resucitado.
1803. El día 10 de agosto de este año, se hace efectivo el tercer y último plazo del pago a Roque López por la elaboración del Resucitado:
Recibo 3º y último –
“He recibido de Pedro Martinez, y Pedro Fernández, vecinos de la ciudad de Lorca, y por mano del Dr. Dn. Mariano Gil Castroverde Beneficiado y Cura propio de la Iglesia Parroquial de Santa María de la misma la cantidad de quinientos rrs vn que con dos mil que me han satisfecho en dos años, y constan de recivos que les dirijí para su resguardo, se completa la cantidad de dos mil y quinientos rrs en que se ajustaron, y les entregué una efixie del Señor de la Resurrección que recivieron para dicha Iglesia, como más por extenso consta de la escritura pública que otorgaron a mi favor para la seguridad de dho pago, la que devuelvo con este, a fin de que la cancelen y que den francas las propiedades que aseguraron para el pago total de dicha afixie; que por haverlo así executado doy este que firmo en Murcia a diez de agosto de mil ochocientos y tres. == Roque López == Son 500 rs v.n”
(Cuentas de la Archicofradía, fol v., 18 v. Y 19.)
El coste de la imagen “obra importante de modelado noble y sereno y correcta anatomía”, según el profesor Pérez Sánchez, se hizo por el importe de limosnas, censos de aguas y rifas, entre otras actividades. Por la rifa de dos relojes se sacaron 375 reales y por la cerda 1.300 reales; al mismo tiempo de pagar al escultor, la Archicofradía contrató la construcción de unas andas y el sepulcro por 400 reales a un carpintero de Murcia por Mediación de Roque López.
1880. Se vende la imagen del “Resucitado viejo” al archicofrade D. Vicente Quiñonero por 80 reales. Durante esta época se originó un curioso pleito entre la iglesia y el gremio de alarifes (albañiles) que era el propietario de la imagen.
1930. En estas fechas, la junta directiva que presidía D. José quiñonero Delgado tenía como miembros de la misma a D. José Parra, D. José Paredes, D. Ceferino Lucas, D. Juan Palomera, D. Francisco Meca, Su hijo Francisco Meca Martínez, D. Miguel Peydró y D. Alfredo Fenández. El 19 de abril de este año se organiza a las 8 de la noche una solemne salve en Honor del Resucitado y se llevó a cabo la bendición del estandarte, dirigido en su confección por D. Francisco Cayuela; después hubo verbena, se lanzaron fuegos artificiales y la banda municipal dio un concierto.
1933. Se estrenó un banderín de seda blanco, bordado en oro, regalo de la camarera de la Cofradía, Señora de Montoya.
1934. En la procesión del domingo de Resurrección, se organizó un enfrentamiento al haber acordado dejar en la Colegiata de San patricio las imágenes del Resucitado y de la Virgen de la Encarnación, para dedicarles una Salve, a lo que se opusieron los feligreses de Santa María. Hubo de intervenir la Guardia de Asalto.
1936. La imagen permaneció en el Ayuntamiento por expreso mandato del entonces alcalde D. Diego Requena Ganzáldez y de su sucesor en el cargo, D. Fernando Chuecos Reinaldos, en un primer momento en la sala de archivos y posteriormente, hasta finalizada la guerra, en el despacho oficial del primer edil.
El resto de las imágenes desaparecieron el 15 de agosto de 1936 de la iglesia de Santa María donde se custodiaban.
La talla de Roque López fue escondida en el Archivo Municipal
Es bien conocido, y casi ya olvidado, que en el mes de agosto de 1936, la furia anticlerical asoló los tesoros históricos y artísticos de las iglesias lorquinas. Los asaltantes de los templos católicos se ensañaron con enseres, retablos, apropiándose de los objetos de valor, y quemando ante sus puertas, o en el interior, las imágenes que en ellas se veneraban. El fuego hizo cenizas las riquezas atesoradas durante siglos, y sólo se salvaron de este tremendo ciclón tres o cuatro imágenes de las muchas que tenían nuestras iglesias, siendo una de ellas la imagen del Señor Resucitado, incomparable escultura, en la que se unen, lo artístico y lo espiritual, cuya figura irradia, por su postura y por su cuerpo casi desnudo, la vivencia de la Resurrección.
Desde entonces a acá, es de dominio público, que la imagen del Señor Resucitado, se salvó del fuego por llevar el brazo izquierdo en alto y quedar su mano cerrada al quitarle el banderín, que sostiene con ella, aparentando entonces que saluda con el puño como lo hacen los marxistas.
Esta forma de atribuir a esta actitud el que no fuera pasto de las llamas no es cierta. Eso lo dijo después, uno de los que lo iban a quemar, para atenuar su responsabilidad. Su salvación se debe ciertamente a la intervención rápida y decidida de un grupo de amigos amantes de esta imagen.
Para patentizar la exposición verdadera de este acontecimiento, he «interrogado», separadamente a las personas que en ello intervinieron, coincidiendo todos en los hechos, verificando, por tanto, de este modo, ante posibles fallos de memoria, lo que aconteció con todo género de detalles y que resumo en lo esencial:
En la tarde del DIA 14 del citado mes, un grupo de amigos que se encontraban, por diversos motivos, en los alrededores de La Alberca, comentaban lo que estaba sucediendo. En este grupo estaban, Vicente Ruiz Paredes, Antonio Piernas Moreno, Federico Fabregat Badal, Nicolás Zapata García, Pedro Segura Munuera y Andrés Barnés Moreno. En aquellos momentos, alguien les dijo que estaban asaltando la iglesia de Santa Maria. Todos pensaron en el Señor Resucitado y, prestos y sin vacilar, se trasladaron al lugar. Ya, una gran hoguera, elevaba sus llamas al cielo y el humo, oscurecía el atrio de la iglesia. Mujerzuelas, gitanos y mozalbetes, eran los que atizaban el fuego. Segura Munuera y Piernas Moreno, que llevaban armas cortas, amenazaron con ellas a toda esa gentuza, que despavoridos salieron corriendo, haciéndose dueños de la situación. El Señor Resucitado estaba todavía en su altar, en las andas-trono. Piernas Moreno intentó quitar la tuerca, que sujetaba el tornillo del pie izquierdo, sobre el que se mantiene la imagen, al borde de la tumba, sin conseguirlo. En un segundo intento, Ruiz Paredes lo consiguió. Libre de las andas-trono y del banderín, fue trasladado al ayuntamiento, donde permaneció, «guardado» sobre un montón de legajos y cubierto con una lona, en el archivo. De resultas de estas operaciones, se mutiló el dedo índice de la mano derecha que Piernas Moreno guardó en una caja junto a la imagen. Así, y no de aquella actitud, se salvó el Señor Resucitado.
Han testimoniado todos estos hechos, Barnés, Francisco “Paco” Fabregat, hijo de Federico Fabregat, Piernas y Ruiz. Los demás citados han fallecido.
Esta imagen es del escultor Roque López, del año 1800. Importó 2500 reales. Es de madera de pino carrasco del país y no tiene añadidos, emplastes o remiendos. Es una gran escultura.
Andrés Barnés es el último superviviente del grupo que rescató al resucitado de las llamas en agosto de 1936
La historia de la salvación, durante los sucesos de la guerra civil española en 1936, es uno de los episodios que más ha dado que hablar. Sin embargo, las versiones que corren son muy diversas y contradictorias. Unos indican que si sobrevivió a las convulsiones bélicas de aquellos días, con quema de iglesias y sus enseres incluidos, fue porque «el Palero», como también se le conoce, tiene un puño cerrado. Ahora, un vecino de Lorca que vivió aquellos sucesos certifica que la salvación se debió al arrojo de un grupo de devotos.
En los últimos años se ha difundido, incluso en publico, la versión acerca de la salvación de la talla del Resucitado en la guerra civil española según la cual, ésta se debería al respeto que los agresores habrían tenido por una imagen cuyo puño estaba cerrado, a la manera marxista. Sin embargo, tal interpretación del hecho histórico, -el Resucitado fue una de las escasas imágenes religiosas que se salvo de la quema- es ahora radicalmente matizada por uno de los protagonistas de aquellos hechos, que relata como el Palero, fue rescatado del atrio del templo de Santa María, cuyos enseres e imágenes eran quemados en una hoguera prendida a las puertas del mismo. Para ello, varios de los salvadores desenfundaron pistolas, dando cobijo al Resucitado en el archivo del ayuntamiento de Lorca, situado en una de las plantas altas de la actual Casa Consistorial, donde permaneció largo tiempo oculto con unas lonas.
«En la mañana del día 14 de Agosto de 1936, estábamos reunidos un grupo de amigos en La Alberca. Hablábamos de todo lo que estaba ocurriendo, y que en esos momentos estaban quemando las imágenes de las iglesias lorquinas. Alguien comentó que iban a quemar al Resucitado y fue cuando decidimos subir a salvarlo de las llamas. Yo fui uno de los que rescató al Palero de desaparecer en una hoguera. Conmigo estaban Vicente Ruiz Paredes, que hacía para la compañía de autobuses Alsina las carrocerías; Antonio Piernas Moreno, operador; Federico Fabregat Badal (Ver fotografía de la derecha), que no era de Lorca; Nicolás Zapata García, que era albañil y además iba por las ferias haciendo de trilero y Pedro Segura Munuera, que era maestro industrial», afirma Andrés Barnés Moreno, práctico textil jubilado, mientras recuerda los sucesos de aquel día.
A pesar de su edad, nació el 4 de Junio de 1912, Andrés recuerda con una memoria casi fotográfica todo lo ocurrido ese día. «No teníamos miedo. Lo único que pensamos es que no lo quemaban porque no nos daba la gana. Subimos rápido hasta Santa María y allí nos enfrentamos con las personas que estaban quemando imágenes, retablos y todo lo que encontraban en la iglesia en una gran hoguera encendida ante sus puertas. Nuestro único pensamiento era el Señor Resucitado. En poder salvarlo de desaparecer quemado. Pedro Segura y Antonio Piernas eran los dos únicos del grupo que llevaban pistolas y amenazaron a todos los presentes, unos 20 ó 30, que huyeron despavoridos», sigue relatando este lorquino.
El Resucitado aún permanecía en su altar y tras ser bajado de él y desatornillado consiguieron llevárselo. «Lo cogimos entre varios del grupo, cada uno por un sitio, y unas veces corriendo y otras andando, huimos del lugar. A Pedro Segura, que era el mandamás del grupo, se le ocurrió que lo llevásemos hasta el Ayuntamiento y decidimos esconderlo en el archivo, que estaba situado en la planta alta. Mientras subíamos vimos como bajaban por el lado izquierdo los de la CNT con sus pañuelos azules y negros. No nos importó. Corrimos tan aprisa que el Resucitado se dio un golpe con la pared y su dedo índice derecho se partió. Lo metimos en una caja de cartón y lo guardamos junto a él. Lo tapamos con un toldo y nos marchamos», añade Andrés.
De esta forma, y no de otra, según afirma este lorquino, fue como se salvó la imagen de Roque López de las llamas. «Lo hicimos casi sin pensar en lo que podría haber ocurrido. Éramos muy jóvenes», concluye el único superviviente de aquel incidente.
1939. Debido al estado ruinoso en que quedó la iglesia de Santa María tras la guerra civil, la imagen, en la primera semana de abril de este año, pasó a rendírsele culto en San Patricio hasta nuestros días. El 23 de maypo de este año, se organizó un novenario solemne y al día siguiente, Domingo de Resurrección, salió en procesión a las nueve y media de la mañana, hecho que ha venido desarrollándose ininterrumpidamente hasta hoy.
1940. Al poderse conservar la imagen del Resucitado de Roque López, fácilmente se reconstruye la Archicofradía de Jesús Resucitado, pero no en su antigua sede de Santa María, sino en la ex-colegial de San Patricio, de donde saldrá nuevamente en procesión el Domingo de Resurrección de este año, siendo presidente de ella D. José Quiñonero Delgado, debido al estado ruinoso en que quedó la iglesia de Santa María; esto sucedió a partir de la primera semana de abril de este año. El 23 de mayo de este año se celebro un solemne novenario y, al día siguiente, Domingo de Resurrección, salió en procesión a las nueve y media de la mañana.
1942. El escultor valenciano Jerique realiza en este año la imagen actual de la Virgen de la Encarnación, co-titular de la Archicofradía, y desde esa fecha procesiona el Domingo de Resurrección.
1980. Durante esta Semana Santa comienza la costumbre de subir a la Virgen de la Encarnación a las ruinas de la iglesia de Santa María. Allí permanecerá toda la noche velada por los vecinos de este barrio y los archicofrades, hasta el Domingo por la mañana para comenzar la procesión del Domingo de Resurrección.
1987. El 19 de abril de este año se nombran archicofrades de honor al Excmo. Ayuntamiento, Regimiento de Infantería Mallorca nº 13 y a la Policía Local de Lorca.
Este mismo día es sacada a hombros por 30 costaleros de la Archicofradía, por primera vez la imagen del Resucitado, el Domingo de Resurrección.
1981. Se confecciona un nuevo trono para la Virgen de la Encarnación, que se inaugura en la procesión del Sábado Santo de 1992, en la subida a Santa María.
1996. El día 8 de enero de este año y a propuesta de la Señora Presidenta Doña Irene Mondéjar Elvira, se aprueba por unanimidad la instauración de la Archicofradía del galardón “Palero de Honor” (consistente en una insignia de oro en forma de pala o chumbera), siendo nombrado primer palero de honor D. Miguel Navarro Molina.
Durante los día del 12 al 20 de octubre se celebra la Primera Semana Cultural promovida por la Archicofradía; se reedita el libro de Montoya Lillo “Principales Retablos de las iglesias de San Pedro, San Juan y Santa María”, de Lorca.
1997. El día 3 de septiembre de este año, da comienzo la restauración de la imagen del Resucitado, por parte de Mary Paz Barbero García, finalizando el 5 de marzo de 1998. Costó 960.000 ptas.
1998. El 25 de marzo de este año finaliza la confección del estandarte dedicado a la Virgen de la Encarnación, que había comenzado un año antes.
El 22 de noviembre es bendecida la Capilla de la Encarnación por el Señor Obispo de la Diócesis D. Manuel Ureña Pastor, con motivo de su restauración dirigida por D. Manuel Muñoz Barberán, sufragando los gastos Doña Carmen Ayala Gabarrón. Este mismo día son nombrados “Paleros de Honor” su Excelencia Rvdo. Don Manuel Ureña Pastor, Obispo de la Diócesis de Cartagena y Doña Carmen Ayala gabarrón.
1999. La presidenta de la Archicofradía, Doña Irene Mondéjar Molina, propone en este año al Alcalde de la ciudad, D. Miguel Navarro Molina, el nombramiento de alcalde honorario para la imagen del Cristo Resucitado, propuesta que fue aprobada en pleno por el Excelentísimo Ayuntamiento de Lorca el día 22 de diciembre de dicho año. De ahí que la imagen porte desde entonces el bastón que, como “primera autoridad”, le corresponde.
El 3 de abril de este año, se recupera la costumbre de la “Quema de Judas” y lanzar “Aleluyas” el Domingo de Resurrección, desde los balcones por donde pasa la procesión.
2000. Al celebrarse los 200 años de la imagen del Resucitado, la Archicofradía llevó a cabo una rifa idéntica a la realizada en el 1800, siendo los mismos regalos: 2 relojes obsequio de la joyería Manzanares de esta ciudad, y un cerdo de raza murciana, el llamado “chato murciano”, regalo de la empresa ganadera Gamur, ubicada en el Polígono Industrial de Lorca; obteniéndose unos beneficios de 575.000 pesetas. Se dio el hecho de que al no aparecer ningún agraciado, los relojes se devolvieron a la joyería donante, y el cerdo fue entregado al Asilo de Ancianos de San Diego para disfrute de los allí acogidos.
El 25 de febrero es bendecida la Capilla del Resucitado, después de su restauración, por el Vicario General de la Diócesis Don José Manuel Lorca Planes y donación del Ayuntamiento del Retablo Barroco.
En abril de este año, se pasa el Estandarte del Resucitado, restaurado en el año 1981, obra de D. Francisco Cayuela, descubriéndose que estaba inacabado.
Jesús Resucitado recibe el nombramiento de Alcalde Honorario en el Segundo Centenario
La efigie de Jesús Resucitado, conocida popularmente por los lorquinos como “El Palero” en recuerdo de los años en que se custodiaba en el templo de Santa María, recibió a mediodía del 5 de marzo de 2000 el nombramiento de Alcalde Honorario de la ciudad en un emotivo acto que se desarrolló al término de una Eucaristía en la Colegiata de San Patricio. Así se daba cumplimiento a un acuerdo del Pleno municipal que trataba de conmemorar la circunstancia de que, durante la guerra civil española la talla, que ahora cumple 200 años, fue custodiada e n la Casa Consistorial, salvándola así de la pérdida que sufrió buena parte del patrimonio religioso lorquino. El obispo Manuel Ureña concelebró ayer una misa con tal motivo.
Cientos de personas abarrotaban a la Colegiata de San patricio para ser partícipes de la entrega del título de Alcalde de Honor a la efigie de Jesús Resucitado. Hasta el momento, sólo el Rey don Juan Carlos I ostentaba tal condición, que le fue concedida con ocasión de su visita a la ciudad en 1994.
En la solemne eucaristía que precedió a la entrega del título, concelebrada por el obispo de la diócesis de Cartagena-Murcia, Manuel Ureña, el prelado subrayó el carácter protector del resucitado para el pueblo de Lorca. “Este es un acto emotivo y piadoso, pleno de significado para el pueblo de Lorca. Se trata de reconocer a Nuestro Padre Señor Jesucristo en el misterio de su Resurrección como Alcalde Honorario de la ciudad, pero tal condición encuentra su plena justificación porque de hecho es, su alcalde espiritual”, señaló Ureña en su homilía.
El 25 de febrero es nombrado Palero de Honor D. José Manuel Lorca Palnes, es este tiempo, Obispo de Teruel.
2002. Se nombra oficialmente al Cristo Resucitado Alcalde honorífico de la ciudad de Lorca, acto presidido por el alcalde de Lorca D. Miguel Navarro Molina y el obispo de la Diócesis, D. Manuel Ureña Pastor.
El Cristo Resucitado estrena trono realizado en los talleres de Esteban Jiménez de Baza (Granada), con un coste de 48.000 €. Además, una nueva escolta de 12 archicofrades dará paso en procesión a la Sagrada imagen de Jesucristo Resucitado.
La Procesión
El broche que cierra el ciclo bíblico-pasional de la Semana Santa de Lorca es, sin duda, la salida del Resucitado, en la mañana del Domingo de Resurrección. De colorido, luz, algarabía y bullicio, alegría en suma, no puede ser menos, pues Jesús ha resucitado; es el comportamiento que se refleja en las personas que llenan los aledaños de la plaza de España a las 11 de la mañana de este domingo.
El cortejo comienza con la salida desde la iglesia de San Patricio del titular de la Archicofradía, «obra importante, de modelo noble y sereno y correcta anatomía», del escultor muleño Roque López, realizada en 1800, cruzando después el casco antiguo de la ciudad desde la plaza de España, pasando por las calles de Selgas, Fernando el Santo, Alfonso X, Corredera y del Álamo, hasta su recogida a la 1 del mediodía aproximadamente en la misma iglesia.
La imagen de la Virgen que precede en su recorrido a la del Resucitado es obra del escultor valenciano Jerique, terminada en 1942, desde cuya fecha sale en procesión como cotitular bajo las advocaciones de la Encarnación y Asunción.
Aparece esta Archicofradía en nuestra ciudad, la única que como tal procesionaba y la segunda dependiente del clero secular, en los albores del siglo XVII, año 1601, con el título de «Resurrección, Encarnación y Asunción».
En el siglo XVII, nos la encontramos con el nombre de «Ilustre Archicofradía de la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo, Asunción y Encarnación».
Actualmente ostenta el título de “Archicofradía de Jesús Resucitado y Nuestra Señora de la Encarnación y Asunción”.
Las primeras referencias históricas de la Archicofradía como hermandad pasionaria consagrada al culto y proclamación del Misterio de la Resurrección de Nuestro Señor, y a la celebración de la Pascua «fiesta de las fiestas», se remontan a los inicios del siglo XVII, cuando hacia 1601 aparece ya erigida con Bula apostólica en la iglesia de Santa María de la Ciudad de Lorca. Era entonces ya la segunda de las Hermandades que dependían del clero secular, como hemos comentado, y la única con el título de Archicofradía, lo cual le confirió desde el principio una reconocida popularidad entre todas las capas sociales de la época difundiéndose pronto entre todo el pueblo de Lorca fama de su fervorosa devoción filial al Señor Jesús Resucitado, renovada cada año con la salida procesional de la mañana del Domingo de Resurrección.
Tras diversos periodos de esplendor y decadencia, en 1764 fue restablecida con nuevas constituciones aprobadas por el Tribunal de Causas Pías, y en 1789 recibe por parte del párroco de Santa María, D. José Fermín Mancebo, un nuevo impulso encaminado «… a tributar a Dios el debido culto, bajo los Misterios en que se hallaba fundada la Archicofradía.
Los años del cambio de siglo marcaron un hito decisivo en la historia de la Archicofradía , cuando en 1801 sale por primera vez en procesión la Muy Venerada y milagrosa imagen de Nuestro Señor Jesús Resucitado, obra imperecedera del insigne imaginero murciano D. Roque López (1747-1811). La imagen es de pino carrasco del país y no tiene añadidos, emplastes o remiendos.
Todavía hoy el recorrido de Jesús Resucitado por las calles de Lorca sigue siendo un estallido de devoción popular y de alegría luminosa, expresión de confianza filial en Aquel que por «su sacratísima pasión en el madero de la Cruz nos mereció la justificación», y es «la resurrección y la vida».
Depositaria, pues, de ancestrales y piadosas tradiciones, la Archicofradía, en su condición de asociación pública de fieles cristianos conscientes de su pertenencia a la Iglesia, se acoge en nuestros días a las enseñanzas emanadas del Concilio Vaticano II, al Magisterio de la Santa Madre Iglesia y a la legislación eclesiástica vigente, establecida por el Código de Derecho Canónico de 1983 y por los acuerdos firmados por el Estado Español y la Santa Sede asumiendo fielmente desde la comunión eclesial, la dirección apostólica del Obispo de la Diócesis de Cartagena. La imagen titular es conocida popularmente por «el palero», dada la ubicación de la iglesia de Santa Maria, junto a las palas o chumberas de las faldas del castillo.
Del tradicional toque de campanas y de las comparsas que recorrían las calles de la ciudad, realizando disparos de cohetes y arcabuces en señal de alegría por la Resurrección de Nuestro Señor, sólo quedan el repique de campanas y las tracas que se llevan a cabo a partir del Toque de Gloria del Sábado Santo, con la subida de la Virgen hasta las ruinas de Santa Maria, donde permanece en vela toda la noche acompañada por los vecinos y archicofrades, hasta las primeras horas del domingo, en que es bajada en procesión atravesando los barrios de Santa Maria y San Juan para realizar «El Encuentro».
Es momento de innegable emoción, festejado por el pueblo presente, cuando las imágenes de la Madre y el Hijo Resucitado, llevadas a hombros por los costaleros, coinciden en la plaza de España. Señal que marca el inicio del tradicional recorrido de la Procesión del Domingo de Resurrección.
Trascripción bíblica
Mateo 28, 1-7 | Marcos 16, 1-8 |
Lucas 24, 1-8 | Juan 20, 1-10 |
Mateo 28
Un ángel anuncia la resurrección. Avanzada ya la noche del sábado, al amanecer el primer DIA de la semana, vino Maria Magdalena, con la otra Maria, a visitar el sepulcro. A este tiempo se sintió un gran terremoto, porque bajó del cielo un ángel del Señor: y llegándose al sepulcro removió la piedra, y sentose encima. Su semblante brillaba como el relámpago, y era su vestidura blanca como la nieve. De lo cual quedaron los guardas tan aterrados, que estaban como muertos.
Mas el ángel, dirigiéndose a las mujeres, les dijo: Vosotras no tenéis que temer: que bien se que venís en busca de Jesús, que fue crucificado: Ya no está aquí, porque ha resucitado, según predijo. Venid y mirad el lugar donde estaba sepultado el Señor. Y ahora id sin deteneros a decir a sus discípulos que ha resucitado; y he aquí que va delante de vosotras a Galilea; allí le veréis: ya os lo prevengo de antemano.
Marcos 16
Un ángel anuncia la resurrección. Y pasado el sábado, Maria Magdalena y Maria, madre de Santiago, y Salomé, compraron aromas para ir a embalsamar a Jesús. Y, partiendo muy de madrugada el primer día de la semana, llegaron al sepulcro salido el sol. Y se decían una a otra: ¿Quien nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro? Mas, echando la vista, repararon que la piedra estaba apartada, la cual realmente era muy grande. Y entrando en el sepulcro o cueva sepulcral se hallaron con un joven sentado al lado derecho, vestido de un blanco ropaje, y se quedaron pasmadas. Pero él les dijo: No tenéis que asustaros: vosotras venís a buscar a Jesús Nazareno, que fue crucificado: ya resucitó, no está aquí, mirad el lugar donde le pusieron. Pero id, y decid a sus discípulos, y a Pedro, que El irá delante de vosotras a Galilea, donde le veréis, según que os tiene dicho. Ellas, saliendo del sepulcro, echaron a huir, como sobrecogidas que estaban de pavor y espanto: y a nadie dijeron nada, tal era su pasmo.
Lucas 24
Un ángel anuncia la resurrección. Más el primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro, llevando los aromas que tenían preparados; y encontraron apartada la piedra del sepulcro. Pero habiendo entrado dentro, no hallaron el cuerpo de Jesús.
y quedando muy consternadas con este motivo, he aquí que se aparecieron de repente junto a ellas dos personajes con vestiduras resplandecientes. Y quedando llenas de espanto, y teniendo inclinado el rostro hacia la tierra, les dijeron: ¿Para que andáis buscando entre los muertos al que está vivo? No está aquí, sino que resucitó: Acordaos de lo que os previno cuando estaba todavía en Galilea, diciendo: Conviene que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y crucificado, y que al tercer día resucite. Ellas, en efecto, se acordaron de las palabras de Jesús.
Juan 20
El primer día de la semana, al amanecer, cuando todavía estaba oscuro, fue Maria Magdalena al sepulcro; y vio quitada de él la piedra.
Y sorprendida echó a correr, y fue a estar con Simón Pedro, y con aquel otro discípulo amado de Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos donde le han puesto.
Con esta nueva salieron Pedro y dicho discípulo, y encamináronse al sepulcro. Corrían ambos a la par, mas este otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Y habiéndose inclinado, vio los lienzos en el suelo, pero no entró. Llegó tras él Simón Pedro, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos en el suelo, y el sudario que habían puesto sobre la cabeza de Jesús, no junto con los demás lienzos, sino separado y doblado en otro lugar. Entonces el otro discípulo, que había llegado primero al sepulcro, entró también, y vio y creyó: porque aún no habían entendido de la Escritura que Jesús debía resucitar de entre los muertos. Con esto los discípulos se volvieron otra vez a casa.
Bibliografía:
- “Jesús Resucitado recibe el nombramiento de Alcalde Honorario en su segundo centenario”. Pilar Wals. Diario “La verdad”. Lunes 6 de marzo de 2000.
- “Andrés Barnés es el último superviviente del grupo que rescató al Resucitado de las llamas en agosto de 1936”. Pilar Wals y Paco Tudela. Semanario “Vecinos”. 27 de marzo de 1998.
- “La decisión de unos pocos salvó al Resucitado de su destrucción. Paco Tudela.
- Sagrada Biblia.
- Archicofradía de Jesús Resucitado. 1601-2004.
- fundacion.bsch.es/agenda/seda.htm
- Archicofradía de Jesús Resucitado. Ayuntamiento de Lorca.